¡Cuantísimo tiempo! Más de un mes
sin pasarme por tierras virtuales… ¡qué desastre! Hoy leyendo un poco de
cultura general (prensa rosa) me he enterado de que Tom Cruise y Katie Holmes
se van a separar ¡OMG! (si, lo sé, he sido la última persona en la faz de la Tierra
en enterarme).
¡Si es que al final va a ser verdad que el “feliz para siempre” en Hollywood va a
quedar para las películas románticas! En
fin…. A mi pena, lo que se dice pena... ¡No me da ninguna! Pensaréis que soy
una mala persona, pero cuando os enseñe una cosa ¡a vosotros tampoco os entristecerá
mucho este divorcio!
Está claro que en el momento en el que te mudas a Hollywood
a ser actor, comienzas a cultivar un yo interior un tanto excéntrico y
narcisista. Al principio intentas disimularlo y pretendes fingir ser alguien
medianamente normal al que no le gustan
los paparazzi (pero en realidad sabe
que es alguien gracias a ellos) e
intentas ser una persona como otra cualquiera. Con el paso del tiempo (si
sigues siendo alguien “relevante”) tus excentricidades comienzan a hacerse
públicas y dejas de fingir ser una persona normal para convertirte en un ser
omnipresente y todopoderoso capaz de ser dueño de medio mudo (soy una exagerada,
lo sé).
Bien, pues Tom Cruise es uno de esos seres Todopoderosos
dentro de la burbuja “hollywoodiense”. A sus 50 años (muy bien conservados por
cierto) lleva a su espalda tres hijos y dos matrimonios rotos. El último con
Katie Holmes.
Los motivos del divorcio no se saben, bueno… yo no los sé
(tampoco me interesan) pero os puedo asegurar que por el lugar de residencia no
es… ¡Qué barbaridad!
Si os digo que se
gastaron (supongo que fue Tom) la friolera de 23 millones de euros… ¿os da pena
que se divorcien? ¡A mí me da pena el que tenga que irse de esa casa! Lo llamo casa por llamarlo de alguna manera…
porque aún llamándolo mansión me quedaría corta.
La “cabañita” tiene siete dormitorios con cuarto de baño
incluido (no me esperaba menos) y vestidor. Así como piscina, pistas de tenis,
gimnasio, sauna… ¡y a los Beckham como vecinos!
¿Qué más se puede pedir?
Lo realmente maravilloso es que en esa superhipermegacasa vivían tres personas, tocando cada una a dos coma tres (periodo en el tres) habitaciones por persona…. Ahora que el matrimonio más sonado de Hollywood pone punto y final a su “a lo visto” no tan estupenda vida conyugal… ¿qué pasara con su nidito de amor? ¿Quién vivirá allí?
la verdad es que la tía se lo ha montado muy bien...
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